
Si, claro, no es el obelisco. POR SUPUESTO que no es el obelisco. Me negué a la puta foto en el obelisco, si señor.
La flor es más cool, es más lounge, es más Cerati, es más Palermo Hollywood, más eurostyle, you know? No es el Buenos Aires de las parrilladas, el tango y las vedettes de enorme culo. Es el Baires del design, del ambient, de los secuenciadores y la sofisticación argentina. Similar a dos chupadas de un porro, una copa de Chardonnay, la cabeza llena de nombres de DJs berlineses, una polera de Joy Division, Merrels de 120 dólares y comida tailandesa. Todo mientras hablás de lo increíble que está la movida en Ddorf (Düsseldorf) y lo cagada que está la onda en Barcelona. Mirás hacia afuera y no ves nada, porque estás cenando en el SUCRE, porque lo tuyo es la comida fusión, cierto?, sushi de pez espada en caramelo tierno de rúcula, aderezada con granos de polenta bebé y huevitos de tarántula congoleña. Que bien se vive en Baires, boludo. Todo chileno que se precie de estar trendie debería irse a vivir a Baires, no doubt about it.
Mientras tanto, con la Angelita nos tomamos la fotito y nos fuimos peluseando, comiendo galletas de vainilla y coca cola tibia, muertos de la risa.