Buenos Aires

Si, claro, no es el obelisco. POR SUPUESTO que no es el obelisco. Me negué a la puta foto en el obelisco, si señor.
La flor es más cool, es más lounge, es más Cerati, es más Palermo Hollywood, más eurostyle, you know? No es el Buenos Aires de las parrilladas, el tango y las vedettes de enorme culo. Es el Baires del design, del ambient, de los secuenciadores y la sofisticación argentina. Similar a dos chupadas de un porro, una copa de Chardonnay, la cabeza llena de nombres de DJs berlineses, una polera de Joy Division, Merrels de 120 dólares y comida tailandesa. Todo mientras hablás de lo increíble que está la movida en Ddorf (Düsseldorf) y lo cagada que está la onda en Barcelona. Mirás hacia afuera y no ves nada, porque estás cenando en el SUCRE, porque lo tuyo es la comida fusión, cierto?, sushi de pez espada en caramelo tierno de rúcula, aderezada con granos de polenta bebé y huevitos de tarántula congoleña. Que bien se vive en Baires, boludo. Todo chileno que se precie de estar trendie debería irse a vivir a Baires, no doubt about it.
Mientras tanto, con la Angelita nos tomamos la fotito y nos fuimos peluseando, comiendo galletas de vainilla y coca cola tibia, muertos de la risa.

Tasco

De lujo. En el segundo piso de una casona de adobe, en el balcón de hierro forjado, mirando hacia la plaza de Tasco (México), con una banda de charros tocando María Bonita, comiendo unas enchiladas de la puta madre, el sol bañando suavecito a este chileno risueño, árboles y gente muuuuy simpática. Viva México!! Toda una producción para que el turista se sienta recibiendo aquello por lo que pagó, eso que prometen los catálogos y las películas gringas. Porque finalmente México se parece más a la imagen que los gringos tienen de él, que a si mismo.

Arequipa

Arequipa, como la mayoría de las ciudades peruanas, tiene un maravilloso casco histórico muy bien cuidado por las autoridades, con policía bilingüe y mucha información para el goce y tranquilidad de los turistas...que no deben, bajo NINGUNA circunstancia, abandonar ese perímetro; porque desgraciadamente los cordones de "realidad" fuera de estos maravillosos museos al aire libre son peligrosos y muy violentos.
Aquí caniboy está visitando el convento de las hermanas de no se qué. Una ciudadela cerrada maravillosa, ejemplo de la barbarie católica de la colonia, donde mujeres y niñas eran encerradas de por vida en extrañas condiciones, para el supuesto beneficio celestial que cada familia recibía por sacrificar a una de las suyas tras los barrotes de la religión.

Vaticano

Es raro caminar por una ciudad que es de propiedad de la Iglesia. Ves monjas por todas partes, el alcalde es sacerdote, los administradores públicos y los jueces andan con cuellito blanco. Es freak el cuento. Como una ciudad de juguete, como una utopía renacentista. Se respira lujo y pomposidad, grandeza y densidad cultural ¿Piedad, recogimiento? La verdad, sentí más cercanía con dios en la diminuta iglesia de Parinacota, en el altiplano chileno, que aquí, en las mismísimas oficinas centrales del jefe. Precioso todo, eso si.

Chiloé

La verdad no vi ningún brujo, ni ningún trauco (menos mal). Pero en mi segunda visita a la isla grande (la vez anterior fue en camión, mochileando con mi papá Roberto) pude confirmar un lugar común: algo tiene esa lengua de tierra porque se respira misterio. La señora que pasa sonriendo junto a ti puede perfectamente ser parte de la Recta Provincia, el viejo sentado fuera de su casa, la mujer delgadísima que mira detrás de una ventana. Todo parece un muy buen casting para la nueva película de David Lynch.

Parinacota

Si, hacía frío. El altiplano no es chiste. Los colores son increíblemente intensos. No hay velo, no hay espesor en la atmósfera. Alguién le mandó una photoshopeada heavy al paisaje. El aire es tan cristalino que se siente el correr del agua a decenas de metros de distancia, es como si no hubiera nadie en el planeta, salvo unos cuantos colonos diminutos, morenitos y muy risueños.

Berlin

A los costados de la puerta de Brandenburgo habían vendedores ambulantes ofreciendo souvenirs de la ex URSS. Sombreros militares, bolsos, chaquetas, insignias y un sinnúmero de bagatelillas; restos y escombros de un sueño disfrazado de pesadilla. Símbolos convertidos en códigos pop, equivalentes a nuestras poleras del Che GUevara.
El día estaba lluvioso y amenazante, los berlineses jóvenes hablaban inglés pero eran muy poco amables. Los berlineses mayores eran muy amables pero no sprachen inglés. En fin, un turista italiano se apiadó y me tomó la foto de rigor.

Ciudad de México

La recomendación era no alojarse en el casco histórico del DF, no andar muy tarde por sus calles, no parecer turistas. Parece que había un estado de gracia, porque nada malo ocurrió, muy por el contrario. "México Mágico" no es sólo una frase.
Aquí está caniboy en el zócalo del DF, frente a la catedral y los puestos que instalaban los zapatistas para recibir colaboraciones de la gente para los desplazados de Chiapas.

Macchu Pichu

Este viaje también lo hice solo, en plena "crisis del Niño" en Perú. Con caminos cortados y lluvias espantosas. Pa'más remate me intoxiqué y sufrí enfriamiento. Me rescató un niño que fue a tocar mi puerta en la mañana, luego de una noche de vómitos, diarrea y alucinaciones por la fiebre. Los dueños de la pensión me hidrataron y me recomendaron un médico. Tres días después salí a hacer el camino del Inca, sin porteadores y acarreando mi propia carpa. Después de esa aventura me sentí (me siento) capaz de cualquier cosa.

Viena

Días antes de viajar a Europa, sufrí un nuevo accidente en la moto. Quedé con heridas abrasivas y algunos problemas en la pierna derecha, pero la angelita me arrendó un par de muletas y me fui no más, con mi bolsito de remedios, vendas y demases.
Aquí estoy en Viena (Wein), junto al letrero de una de las exposiciones que tenía programado visitar. Mi interés en Viena no era Klimt, era Egon Schiele. Y mi preciosa amiga del corazón, Simone Fachel, me ayudó a llegar a todos los lugares donde se me ocurrió ir.

Valle del Elqui

Ese año estaba más botado que un dedo gordo así que me fui solo al Valle del Elqui en mi moto. Detrasito venían Gerardo y la Angélica en un auto. Finalmente nos quedamos en el mismo camping y paseamos por Vicuña, el valle y los alrededores (incluido el observatorio Mamalluca, donde vimos estrellas y galaxias al por mayor).
El recuerdo malo es al regresar. Pasé a Quintero por razones que no valen la pena y fui chocado por un auto. Volé tres metros y la moto quedó machucada, pero digna.

Venezia

Con mi padre y mi hermano Diego en plena Piazza di San Marco, Venezia. El día estaba muy hermoso. Temprano la niebla vestía y desvestía en cámara lenta los encajes de esta novia antigua llena de joya y lujo blanquecino. Venezia como una torta de novia lujosísima, doscientos años esperando el fin de la fiesta. Y el moho, y la humedad. Pero el lujo digno, el lujo impresionante que disminuye al provinciano ciego, lo humilla un poco incluso, esa dignidad de señora antigua.

Teotihuacán

En la cuna de la cultura mesoamericana. "Donde nacen dioses" o "Donde los hombres renacen como dioses", sería la traducción aproximada. Es increíble encontrarse con una montaña artificial en el centro de una planicie desértica, apuntando al cielo con una arquitectura desaforada que te hace pensar...si...no hay caso...en extraterrestres (si lo dije...y qué).

San Pedro de Atacama

Ha sido una de las locuras más grandes. Tres motos solas, sin apoyo logístico ni nada, sin ninguna experiencia en viajes largos, sin neumáticos de repuesto, sin nada. Viajando los 1500 kmh de ida en la más absoluta de las irresponsabilidades.
Mi padre y mi mejor amigo, ¿qué más se podía pedir?
Llegamos destruidos, pero seguros de haber terminado la mitad de una aventura realmente memorable.

Bérgamo

Con mi hermano Diego en Citta Alta, un reducto feudal situado en un cerro en el centro de una pradera, que dio origen a la ciudad de Bérgamo, en la Lombardía italiana.
El día estaba muy frío, pero el paseo fue suave y terminamos en un cafe comiendo pizza y tomando una birra (él no, por supuesto).

Barcelona

Con mi amiga Patricia en el Park Guell. Fue un día increíble, lleno de Gaudí y buena conversa. A ella la conozco por email hace 10 años!!!!! y ese invierno europeo fue la ocasión de encontrarnos por primera vez. Luego visitamos la Catedral de la Sagrada Familia y la fui a dejar al bus, porque debía regresar ese mismo día a Francia.
Fueron tremendos días en Barcelona, mucha información, mucho Gaudí, mucho de todo.